¡Ay, la pasta! Si el spaghetti hablara, ¡cuántas torturas narraría! Bromas a un lado, admitámoslo: casi todos maltratamos la pasta en un momento aparentemente tan sencillo como la cocción. Llevas años cociendo macarrones con vicios que en Italia serían considerados auténticos atentados gastronómicos. ¿Crees que te salvas? ¡Descubre 5 cosas que jamás deberías hacer con la pasta!
- Cocer la pasta en una olla minúscula.
Lección número uno: la pasta quiere espacio. ¿Disfrutas con la sensación de estar aplastado en una muchedumbre de gente? Seguramente no. Amigos, la pasta tampoco. Cualquiera que sea la pasta que decidas cocer, ¡mímala!, déjale su espacio para que esté holgada. Si quieres nuestra recomendación, un litro de agua por cada ración es lo correcto. Así lo hacemos en La Mafia se sienta a la mesa y te garantizamos que queda espectacular.
- Echar aceite en el agua de cocción.
Lo sabemos: tu madre lo hacía así. Ya, pero no es lo ideal. Una vez cocida, a la pasta le vas a añadir la salsa. Entonces, ¿para qué incorporarle el aceite en la cocción? Seguramente te habrán dicho que si no le pones aceite se pega, entonces revisa el primer punto: deja suficiente espacio en la olla para que la pasta baile en el agua y no se pegará. Palabra de La Mafia.
En La Mafia se sienta a la mesa, la cocción de la pasta es todo un arte
- Mezclar diferentes tipos de pasta.
Quizá la escena te resulte familiar: abres uno de los armarios de la cocina y encuentras un paquete de penne por terminar y unos cuantos fusilli perdidos. ¿Por qué no mezclarlos? ¡Error! Porque cada tipo de pasta tiene distinto tiempo de cocción y si lo haces, una quedará dura y la otra pasada. ¿Es preciso maltratar así la reina de la gastronomía italiana?
- Cortar la pasta larga
¡Ay, si cualquier mamma italiana te viera cortar en dos unos ricos tagliatelle! Es verdad, hay personas que no son muy hábiles a la hora de enrollar la pasta en el tenedor… Si estás entre ellos, ¡practica!, nada tiene que ver la textura y el sabor de un fettuccine cocido al dente, respetando su longitud, que el de otro que haya sido maltratado desde la cocción.
- Enfriarla bajo el grifo.
Confiésalo: ya sea por cortar la cocción o porque “voy a hacer una ensalada de pasta”, rociar con agua fría la delicada pasta todavía humeante es una práctica muy habitual en tu cocina. En cualquiera de los dos casos, para que la pasta esté deliciosa, déjala que se enfríe por sí misma.
Una vez dicho esto, ¡imaginación al poder! Así lo hacemos en La Mafia se sienta a la mesa y el resultado es excelente. Cuece la pasta con sentido común y después elabora una salsa a tu gusto. Buon appetito!