La historia de la pizza es sin duda larga y aunque se tiene constancia de un plato muy similar en la Grecia antigua, la mayoría de autores y estudiosos, sitúan el origen de la pizza más o menos como la concebimos ahora en su forma más simple, en Italia, y más concretamente en la región de Nápoles.
A partir de este momento y a lo largo de los años, este plato ha llegado a prácticamente todas las partes del mundo, convirtiéndose además en uno de los más populares a la vez que versionado, como es el caso de muchas de las pizzas que se preparan en América, las cuales son realmente una imitación de la pizza original.
¿Cuáles son las diferencias entre estas pizzas y la verdadera pizza italiana?
- Menos, es más.
Este es uno de los aspectos clave en la cocina italiana, pasa con la pasta y la salsa, y pasa con la pizza, especialmente a la hora de incorporar ingredientes como el queso.
En una pizza italiana el queso no se desbordará, mantendrá un equilibrio para que se pueda mantener la simbiosis de sabores de todos los ingredientes, mientras que en la americana se dobla la cantidad de queso.
- La salsa en la pizza
Con la salsa pasa lo mismo, nunca deberá destacar sobre el resto de ingredientes que se hayan incorporado, algo más habitual en las pizzas americanas, además de que suelen ser salsas más especiadas y azucaradas.
Las salsas de las pizzas italianas llevan las especias justas.
- La masa.
La elaboración de la masa y el resultado final también marca la diferencia entre estas dos pizzas. Mientras que la americana es más esponjosa, la pizza italiana tiene una masa fina, crujiente y tostada.
¿Significa esto que una es mejor que otra?
Como siempre os decimos, para gustos variedad.
Cualquiera de las dos pueden ser tu plato perfecto en un momento determinado, la italiana por su preparación se convertirá en un plato probablemente menos calórico manteniendo su perfecto sabor mediterráneo.
¿Con cuál te quedas?
Puedes probar las nuestras y disfrutar de cada bocado 😉