El gorgonzola es un queso italiano de mesa, graso, de pasta cremosa y untuosa, elaborado con leche entera pasteurizada de vaca. Ya desde el año 879 d. C. aparece en unos escritos de la época como «stracchino de Gorgonzola«, aunque su fama no la obtuvo en la mesa hasta la Edad Media y no fue hasta el siglo XI cuando se comenzó a elaborar con moho adquiriendo el aspecto que hoy en día conocemos. Este queso debe su nombre a la ciudad italiana de Gorgonzola, una localidad muy pequeña cerca de Milán, donde el queso fue documentado por primera vez en 1879. La ciudad de Gorgonzola, conocida por sus industrias y su agricultura, era antiguamente un punto de encuentro de muchos pastores que llevaban a sus rebaños a las montañas para que pastaran por las llanuras padanas. Hoy, existe una disputa por la localización geográfica en otras ciudades y comarcas dentro de Italia. No es de extrañar, ¡el gorgonzola es una delicia!
Existen dos tipos principales de queso gorgonzola:
- Dulce, que presenta un aspecto cremoso y sabor característico.
- Picante, con sabor más intenso y aromático y pasta mucho más consistente.
Crepe de aguacate de La Mafia se sienta a la mesa
El gorgonzola se cura durante al menos 50 días para el tipo dulce y más de 80 días para el tipo picante. El proceso de curado del suero de leche se hace a baja temperatura. Durante el cuajado se introducen unos pinchos para que en las cavidades de las perforaciones proliferen los mohos, obteniendo así ese color marmolino con vetas azules. El producto final se cura durante un periodo de tres a cuatro meses. La duración del proceso dependerá de la consistencia final que se quiera dar a la pasta, alargando el tiempo de curado el queso se vuelve más cremoso.
El queso gorgonzola cuenta con DOP desde 1996. Para salvaguardar los intereses de productores se creó en 1970 el «Consorzio per la tutela del formaggio Gorgonzola«, que además garantiza la calidad del producto y un etiquetado estandarizado.
El gorgonzola es delicioso para múltiples aplicaciones culinarias o simplemente acompañado de una rebanada de pan. Gracias a su sabor peculiar e intenso, se emplea como ingrediente en diferentes platos de la cocina italiana. Por ejemplo se puede añadir en la cocción final del risotto o para preparar la salsa para la pasta. Forma parte también de los ingredientes de la tradicional polenta italiana y en ciertas ocasiones se añade a la pizza. En La Mafia se sienta a la mesa puedes disfrutarlo en nuestras Pizzas Veneciana y Quattro Formaggi o en el suculento Crepe de aguacate. ¡Corre a probarlo! Acabarás enganchado a su cremosidad y sabor característicos.