El tomate es probablemente uno de los alimentos más consumidos dentro de la gastronomía italiana desde que llegara hasta Europa procedente de América del Sur en fechas que no están muy claras. Y aunque en primera estancia todo apunta a que no se usaría para comer por considerarse un fruto tóxico, con el tiempo, y debido a los marineros que veían en sus viajes cómo los nativos lo comían sin problema, se llegaría a la obvia conclusión de que no había toxicidad en él y se incluiría poco a poco en la dieta especialmente de italianos y españoles, convirtiéndose con el tiempo en un ingrediente estrella de muchos de los platos de su cocina.
Hay escritos que aseguran que durante el año 1600 aparecieron en Italia las primeras recetas que lo incorporaban como ingrediente estrella, frito, crudo o escaldado. Pero sin duda la más conocida mundialmente es la salsa pomodoro, cuya receta tradicional se elabora con tomate natural triturado y albahaca fresca, y puede acompañar perfectamente los más suculentos y sabrosos platos de pasta.
El tomate, desde que llegara a nuestras vidas, se ha convertido en un imprescindible de la dieta mediterránea, un alimento saludable y nutricionalmente muy recomendable que, además de en salsas se encuentra triturado de manera natural en las más sabrosas pizzas o en espectaculares ensaladas como por ejemplo la ensalada Caprese di burrata.
En definitiva, la cocina italiana parece que no es la misma, sin este característico alimento.